lunes, 16 de septiembre de 2013

Garantía caduca


En los últimos meses quienes nos dedicamos a la docencia hemos sido objeto de burlas, comentarios mal intencionados, menosprecios, críticas duras y más, a causa de la mala imagen que han vendido los medios de información, provocada la generalización del concepto “maestro”, en las notas que abordan el desacuerdo radical de algunos compañeros del gremio ante la supuesta Reforma Educativa. No comulgo con tal postura porque no creo que la Reforma sea mala, al contrario, creo que me puedo beneficiar de ella por un buen tiempo aunque me pega en lo profesional, y que puede resultar un paliativo a la discrecionalidad con la que se mueven las cosas en el ramo laboral de la educación. Lo malo es que esta reforma también me pega como papá, por algunas líneas que proponen cosas que se deben leer con lupa y que requieren otro espacio.

Pues bien. Hace unos días fue a visitarnos a mi escuelita el Profr. Froylán Monsiváis Sánchez, del Colegiado de Comunicación, ahora responsable de Asuntos Laborales en Secundarias Generales, de la Secc. 21 del SNTE, para llevarnos “el mensaje”, por instrucciones del ungido Casimiro Alemán quien a su vez recibió instrucciones de Juan Díaz de la Torre, que nos daría la tranquilidad laboral que en estos días nos hace tanta falta, por lo que sólo hemos escuchado en los medios sobre la Ley del Servicio Profesional Docente que no hemos leído; en otras palabras, fue a iluminarnos con su sapiencia porque en el SNTE se tiene la verdad absoluta sobre nuestro futuro laboral y profesional, y como los profes no leemos ni entendemos lo que pasa en nuestro entorno...

Durante su perorata, que duró poco más de 50 minutos, nos compartió unas diapositivas que empiezan con la frase: ¡Ningún trabajador pierde sus derechos laborales! Y que contienen, desde su mundito, las “principales dudas” que han recogido de la base trabajadora a lo largo de este calvario que ha resultado la difusión de la Reforma Educativa que contiene, como dice otra diapositiva, “las demandas históricas” del SNTE. Cabe destacar que ninguna de las diapositivas (24, divididas en dos presentaciones) menciona los artículos que de verdad preocupan, principalmente a la base docente, y que en ellas se muestra de forma por demás amañada, lo atractivo que ofrece esta ley, lo que tiene que ver con las promociones y los estímulos económicos, minimizando los procesos de evaluación y permanencia en el servicio docente.

Personalmente, ya lo dije antes, me parece que la Ley del Servicio Profesional Docente hacía falta, así de raíz, pero no de una manera que atentara contra los derechos laborales de quienes hacemos nuestro mejor esfuerzo. Sí, el SNTE dice “garantizar” que nadie, en nuestro estado, se quedará sin chamba. Pero ¿qué puede garantizar una institución víctima del vituperio, interno y externo de sí mismo, y reducida por sus propios miedos? Ellos, los líderes del SNTE, ondean la bandera donde consta que en nuestro estado acredita el 98.3% de quienes presentan el examen del Concurso Nacional Alianza, donde se asignan horas y plazas a los docentes que las pretenden[1], pero no mencionan que sólo el 4.3% de los inscritos acredita la evaluación de Carrera Magisterial en Nuevo León. ¿Esa es la garantía?


CNA
2012-2013[2]
Globales
En prelación
No aceptables
Total
Estatal
880

10

890
Federal
5,134

111

5,245
Total
6014
121
6135
Carrera Magisterial[3]

Inscritos

Incorporados

Promovidos
Total
31,904
570
828

No pretendo justificar a mis compañeros, ni a mí mismo, cuando nos va mal en alguna evaluación, y reconozco que ciertamente la mayoría de los profesores en servicio requieren de algo más que un cursito para entender de los que se trata este trabajo tan cómodo hasta ahora; pero me parece que nuestro sindicato no está haciendo su parte, ni la hará mientras esté vigente la amenaza de auditoría, fiscalización o como le quieran llamar, que comenzó con la detención de Elbita hace unos meses (el pasado 28 de febrero). Al cabo todos sabemos que los comisionados en el sindicato sobreviven en esa condición entre 10 y 20 años antes de volver a las aulas (es sarcasmo, por si no lo notaron) y no les afectará ser evaluados para ratificar su permanencia…

El colmo de la situación, es que muchos de los encargados de trasmitir el mensaje nada alentador de nuestra organización sindical (e incluyo al mismo Froylán), no conocen la Ley que defienden; por ello se limitan a leer las diapositivas, cual chavito de secundaria, entre balbuceos, atropellos de palabras que ellos mismos no entienden y falsas posturas de indignación, sobre todo cuando algunos de los profes que los escuchamos sí sabemos lo que ellos debieran conocer, y tratamos de satisfacer nuestras dudas al respecto sin recibir respuesta. Si al menos conocieran el documento y realmente trataran de explicarnos las ventajas de los aspectos que realmente nos preocupan, no los que ellos dicen nos deben dar satisfacción, tal vez lo que estuviera compartiendo aquí sería distinto, tal vez transformaría mi desconfianza en el impulso para creer en nuestras autoridades y líderes, pero no, no es así.

A ver. Si la nueva ley pretende descubrir lo tontos que somos los maestros; si nuestros representantes nos tratan como tontos; si los maestros, como tontos, aceptamos lo que dicen nuestros líderes tontos, y estos a su vez lo que dicen las tontas autoridades, entonces ¿todos somos tontos? Vamos a evaluarnos parejo, y que en función de los resultados se defina quiénes se quedan y quiénes se van; pero eso sí, que nadie se raje, desde Chuayfet hasta cualquier profe con plaza inicial, desde el presidente, pasando por los diputados, senadores, regidores y alcaldes, hasta los del sindicato, sin importar el cargo que ocupen, y a los que no pasen que se les aplique el transitorio nueve: “Será separado del servicio público sin responsabilidad para la Autoridad (…) el personal que: I. Se niegue a participar en los procesos de evaluación; (…) III. Obtenga resultados insuficientes en el tercer proceso de evaluación…

Hasta luego.


[1] Aunque sólo le asignen horas o plazas a apenas un puño de participantes, y no a los que acreditan, siempre con el pretexto del presupuesto... ¿entonces qué presumen?
[2] http://concursonacional.sep.gob.mx/CONAPD12/resultados/Cuadro_02.pdf
[3] http://www.uienl.edu.mx/docs/estadisticabasicavigesimaetapanl.pdf
 

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