miércoles, 4 de mayo de 2022

¡Feliz cumpleaños!

 Es el cumple de mi hermanito. El menor, el mismo al que le escribí una canción; el mismo del que escribí aquí hace años, en el texto Papalotes, el mismo al que me refiero en otro que se llama Mis Hermanos, aquel que aparece junto a mi hermanito Carlos con el micrófono en mano, cantando, en la foto que acompaña el texto y que aparece en otra en el texto que escribí en memoria del mismo Carlos. Cumple años mi hermano y hace mucho que no escribo de él porque lo que tendría que decir es que lo echo mucho de menos; sí, hace tiempo se fue.

Me llamó mi sobrina para avisarme y, por unos minutos no entendí de qué hablaba; tontamente pensé que era una broma pesada de mi hermanito, con quien había hablado una semana antes durante una reunión virtual de la SENL, de esas que no sirven para nada, relacionada con lo que pasaba entonces, el aislamiento derivado de la pandemia por Covid… Mi cuñada me platicó que se fue quedito (como cuenta Enrique Saucedo en su cuento), sin hacer mucho ruido. Sigo sin asimilarlo y cada vez que surge algo: alguna película, revista, libro, software, juguete o figura a escala, mi primera reacción es llamarle antes de que me asalte la memoria con la voz de mi sobrina.

Yo no sé, porque soy ausente, si mis sobrinos Joaquín, Keren y Ricardo me ven como su tío, pero tengo claro que mis hijas siguen llamando a mi hermano como tío cuando se presenta la ocasión. Mañana sería ese día… por ejemplo.

Me tardé mucho para ir con Ma’Mary… el pretexto era la pandemia, la verdad es que no tenía claro qué decirle, cómo enfrentar el dolor que le causaría verme, el dolor que la memoria le traería al juntar su vacío con el mío, con el de todos… Hoy cumple años ella, esta sería la noche de la reunión improvisada de sus hijos y este que casualmente caía para abrazarlos, para platicar largo y tendido, para escuchar lo que todos tienen qué decir en torno a lo que fuera, cualquier cosa; para reírnos de la niña a la que recogieron de la basura, para burlarnos de el flaco que ya no es flaco, para evocar a Paco que está en Nayarit casi todo el año, para sacar a flote anécdotas de cuando éramos niños.

Mañana le volvería a llamar, para felicitarlo, para abrazarlo por teléfono tal como él lo hubiera hecho conmigo unos días ates… Mi hermano menor, aquel al que extraño tanto, del que sigo hablando en mis anécdotas que son sólo mías ahora, sin respaldo, la mismas que mis hijas y esposa creen que son inventadas porque éramos niños aburridos… Mi hermanito, al que no he llorado porque no me he querido detener para hacerlo, pero que me provoca ese nudo de garganta cuando lo recuerdo.

Te echo de menos. Feliz cumpleaños, cabrón… a ver cuándo nos echamos algo otra vez... Tengo mucho qué contarte. Saluda a Carlos y al Profe de mi parte… si ves a mamá, dile que… nada… ya se lo diré yo mismo después.